martes, 9 de junio de 2015

La motivación

En este módulo hemos aprendido que "la motivación" es, básicamente, lo que diferencia a las clases que funcionan bien de las que funcionan mal. Sabemos que lo cognitivo es importante, pero algo que dejamos de lado y que tiene gran influencia en el proceso de aprendizaje es el factor afectivo, es decir, el hecho de que haya un correcto ambiente emocional en el aula.

A veces notamos que una misma tarea funciona mejor en un aula que en otra. Esto demuestra por ello que, en ocasiones, la actividad no es lo que falla, sino la actitud. La predisposición que tiene el profesor hacia un determinado grupo es fundamental para que este funcione bien. Nuestra actitud es por ello muy importante, la cual debe ser empática y ha de fomentar la confianza del alumno en el proceso comunicativo.

Por supuesto, este factor emotivo ha de combinarse con el tipo de tarea que presentemos a clase. Debemos tener en cuenta que nuestras tareas sean novedosas y, como dijimos al hablar del enfoque comunicativo experiencial, nuestras tareas han de ser también adecuadas a los intereses de nuestros alumnos, es decir, han de entender para qué sirve lo que hacen, además de tener que conectar con sus emociones. Aquello que no es relevante es desechado por el cerebro y, por lo tanto, se omite, no se aprende ni se recuerda. Nuestras tareas deben, además, fomentar el pensamiento creativo.
Por último, si el profesor no está convencido sobre su propia tarea, tampoco lo estarán los alumnos. Es por ello por lo que debemos "vender" lo que hacemos.

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