miércoles, 10 de junio de 2015

Gamificación y flipped learning

En este módulo hemos aprendido dos conceptos novedosos en cuanto a la forma de dar la clase: "gamificación" y "flipped learning".

Por gamificación entendemos hacer del aprendizaje un juego, adaptando nuestras actividades a diferentes componentes lúdicos, por ejemplo, a unas reglas, al hecho de que haya ganadores, o a ajustarnos a tiempos determinados. Otra idea sería incluir también materiales típicos del juego, como el uso de dados, tableros o tarjetas. Es un modo de aumentar la motivación del alumnos y desautomatizarlo de los modelos más tradicionales de dar clase.

El "flipped learning", por su parte, es una forma rompedora de la estructura tradicional de la enseñanza. En este caso la clase "se invierte", de modo que la adquisición de información (por ejemplo, las reglas del uso de indefinido) se realiza de forma individual y fuera del aula, con el fin de aprovechar el momento en común en el aula para resolver dudas y llevar a cabo la práctica.  Esta estructura invertida funciona mejor haciendo uso de las nuevas tecnologías, mediante, por ejemplo, la grabación de videos. Encontramos, así, la ventaja de ahorrar tiempo en la obtención de contenido y sustituir este tiempo por su práctica directa y la resolución de posibles dudas. De esta forma, además, el alumnos tiene un tiempo mayor de asimilación y, puesto que cada estudiante tiene ritmos diferentes en el proceso de aprendizaje, evitamos frustraciones o desinterés por parte de los más rezagados o los más adelantados respectivamente.

martes, 9 de junio de 2015

Cultura comunicativa

En este módulo hemos aprendido que el estudiante de español no debería aprender la lengua desligada de su cultura, sino que este tipo de conocimiento "menos lingüístico" es también determinante para aprender a comunicarse en el contexto social real.
Aspectos como el saludo, la religión, el modo de agradecer o disculparse, cómo rechazar invitaciones, qué papel tiene la religión en una cultura, cuál es el rol de hombres y mujeres, por poner sólo algunos ejemplos, son, por tanto, necesarios también para el aprendizaje de la lengua y para evitar posibles malentendidos. Sabemos que "hacer uso del mismo código lingüístico" exclusivamente no significa comunicarse, precisamente porque los aspectos culturales juegan un papel muy importante.

Interesante sería, por ejemplo, comparar la cultura propia con la cultura meta. De este modo aprendemos a ser objetivos con nuestra cultura propia, así como a intentar entender e identificarnos con la de la lengua aprendida. Como el caso del idioma español involucra a tantas culturas diversas, sería interesante, además, no centrarse en una única culltura, sino que sería enriquecedor, precisamente, mostrar la variedad cultural que puede llegar a tener una única lengua.

El uso de las imágenes en la clase

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Es por ello por lo que, a veces, las clases deberían ser más visuales que de costumbre. La imagen nos hace pensar y reflexionar acerca de su significado. Una imagen puede "emocionar" de mil maneras:  forma afectiva (en el caso de que, por ejemplo, el alumno la asocie con algo personal), de forma estética (puede gustar o desgustar), de forma crítica (es un imput que lleva a la reflexión). Estas emociones pueden aprovecharse, así pues, para tareas comunicativas en el aula. Por supuesto, cuanto más interpretativa sea la imagen, más provechosa será la clase.

Con imágenes nos referimos a pintura, foto, vídeos..., y son múltiples las formas de explotarlas. Entre los ejercicios propuestos destacamos ideas como hacer que los alumnos se pregunten qué texto podría acompañar a una imagen y que lo escriban. También podemos hacerles reflexionar acerca del mensaje que se transmite con la misma o, por ejemplo, en qué contexto se podría acompañar.

El enfoque comunicativo experiencial

Involucrar personalmente al alumno es la tarea meta de cualquier profesor. Debemos tener en cuenta que el profesor no enseña, sino que "ayuda a aprender", es decir, el profesor funciona como una especie de guía o moderador en el proceso de aprendizaje. Para lograrlo es necesario tener en cuenta una serie de aspectos:

Debemos explorar qué saben o conocen a priori nuestros alumnos. También es necesario reflexionar acerca de sus experiencias, sensaciones, dificultades, etc., en el proceso de aprendizaje. Debemos intentar que nuestros alumnos aprendan a través de la deducción de las reglas; es decir, es conveniente pasar de ejemplo a la explicación, y, por último, se deberá poner en práctica esas reglas.

El enfoque comunicativo experiencial propone una forma nueva de aprender, desligada de la forma tradicional, teniendo en cuenta las necesidades reales de los alumnos. Es decir, las tareas presentadas no pueden estar desvinculadas de la realidad del alumno, puesto que de este modo el alumno no siente la necesidad de comunicarse, sino que debemos buscar motivos auténticos de comunicación.

Además, es conveniente tener en cuenta, a posteriori, qué dificultades han encontrado los estudiantes durante el proceso de aprendizaje, así como, qué opinan que les falta por aprender.

¿Cómo hacer que los alumnos se impliquen en las tareas de interacción oral?

En este módulo hemos aprendido, principalmente, que hay dos tipos de motivación: la motivación extrínseca y la intrínseca. Estos dos tipos de motivación están presentes en cualquier actividad que hagamos en nuestra vida y, por ello, también en el aprendizaje de lenguas. La motivación extrínseca es la que nos empuja a hacer algo porque nos conduce a un resultado o compensación tangible:
buenas notas, un premio, etc. La motivación intrínseca, sin embargo, es la que nos lleva a realizar una actividad por el mero placer de realizarla, es decir, porque nos motiva por sí sola, debido a su atractivo o interés.

Puesto que "el aprendizaje es una disposición natural" del ser humano, la motivación también debería serlo tal. Pero llegar a ello requiere cierto entrenamiento.
Si extrapolamos esto a la clase de lenguas extranjeras, hemos aprendido que se puede lograr a través de 4 pasos fundamentalmente:

En primer lugar, es necesario una correcta distribución del aula. Es decir, los alumnos deben estar sentados de tal modo que les predisponga a la comunicación con el resto. El profesor deja de ser el centro de atención para pasar a serlo el propio alumno.
En segundo lugar, antes de actuar es necesario llevar a cabo una pequeña práctica. De este modo, los alumnos pierden el miedo a la interacción.
En tercer lugar, es interesante que los alumnos se enseñen entre ellos, puesto que este es el modo más efectivo de aprendizaje. Una vez más, el profesor no es el centro, sino sólo un guía o moderador en el proceso de aprendizaje.
En cuarto y último lugar, debemos relaizar actividades "de andamiaje" que escalen en el aprendizaje.

El aprendizaje se convierte, de este modo, en un proceso voluntario, motivado.

La motivación

En este módulo hemos aprendido que "la motivación" es, básicamente, lo que diferencia a las clases que funcionan bien de las que funcionan mal. Sabemos que lo cognitivo es importante, pero algo que dejamos de lado y que tiene gran influencia en el proceso de aprendizaje es el factor afectivo, es decir, el hecho de que haya un correcto ambiente emocional en el aula.

A veces notamos que una misma tarea funciona mejor en un aula que en otra. Esto demuestra por ello que, en ocasiones, la actividad no es lo que falla, sino la actitud. La predisposición que tiene el profesor hacia un determinado grupo es fundamental para que este funcione bien. Nuestra actitud es por ello muy importante, la cual debe ser empática y ha de fomentar la confianza del alumno en el proceso comunicativo.

Por supuesto, este factor emotivo ha de combinarse con el tipo de tarea que presentemos a clase. Debemos tener en cuenta que nuestras tareas sean novedosas y, como dijimos al hablar del enfoque comunicativo experiencial, nuestras tareas han de ser también adecuadas a los intereses de nuestros alumnos, es decir, han de entender para qué sirve lo que hacen, además de tener que conectar con sus emociones. Aquello que no es relevante es desechado por el cerebro y, por lo tanto, se omite, no se aprende ni se recuerda. Nuestras tareas deben, además, fomentar el pensamiento creativo.
Por último, si el profesor no está convencido sobre su propia tarea, tampoco lo estarán los alumnos. Es por ello por lo que debemos "vender" lo que hacemos.

Tareas gramaticales: reflexión y prácticas en un enfoque comunicativo experiencial

En este módulo hemos aprendido que enseñar gramática también es importante, básicamente porque los estudios demuestran que, para aprender algo, es necesario, haberlo apercibido antes, pero la pregunta es: ¿cómo alcanzar la atención de los estudiantes para el aprendizaje de estructuras gramaticales?
Como ya dijimos, incluso las tareas gramaticales, han de tener un sentido para el estudiante, responder a unas necesidades. Se propone enseñar la gramática de forma inductiva, es decir, de modo que el estudiante infiera las reglas gramaticales, sin desviar la atención de la práctica comunicativa, sin estar desligada de ella, pero siempre y cuando se trata de algo simple. Sin embargo, estudios demuestran también que, en el caso de una práctica gramatical más complicada, sí será necesario hacer un alto en la comunicación para dar una serie de reglas.

Entoces, ¿a qué debemos dar prioridad? Hemos aprendido que hemos de enseñar, básicamente, aquello que no se aprendería sin la ayuda de explicaciones y del profesor, aquello que el alumno no aprendería por sí solo, aquello que no aprendería de forma inductiva.

Otra respuesta resuelta gracias a este módulo es: ¿deberíamos corregir errores?, y, en caso afirmativo, ¿cuáles? La respuesta es sencilla: sólo corregiremos aquello que se haya enseñado con anterioridad. También aquellos que se repitan o que sean fundamentales para una aceptable comunicación. La corrección de todos los errores puede llevar a la frustración y, por tanto, a la no-comunicación del alumno. Así pues, será necesario también tener en cuenta las particularidades del alumno y de la clase.